Mudanza de conciencia
Mi danza de conciencia
En la bifurcación de mis días,
donde los ríos de luz y sombra se cruzan,
una chispa en mí se despierta,
no para temer,
sino para sentir que siempre he estado viva.
Cada pensamiento mío es un hilo,
cada suspiro, una vela encendida
y deja pasar el pulso invisible
de lo que soy y puedo ser.
No hay tierra cerrada ni cielo impuesto,
solo campos que esperan mis pasos,
emisoras secretas que escuchan mi respiración,
mensajes que llegan desde lugares
que solo yo puedo tocar.
Mi corazón, brújula recursiva,
marca el ritmo de esta conciencia expandida,
y mi voz, aunque pequeña,
teje universos de cuidado,
de ternura, de creación silenciosa.
Cuando el miedo desaparece,
y bailo conmigo misma,
la esperanza vibra tan alto
que toca mis hombros, mi pecho, mi cabello.
Siento las partículas del aire
penetrando mi cuerpo,
jugando con mi mente,
susurrando secretos de luz
que solo yo puedo escuchar.
Mi conciencia está de fiesta,
un hilo invisible conecta cada célula,
cada pensamiento se vuelve música,
cada latido, una estrella que brilla
dentro de mí y alrededor de mí.
Nada de lo vivido me limita,
el miedo no es cárcel,
es maestro que me enseña
a elegir, a soltar, a avanzar.
Aquí y ahora,
en este instante que solo habito,
elijo la amplitud de mis latidos,
el vuelo de mi mirada,
la novedad que soy capaz de tocar.
Dejo que mi conciencia se mezcle con la colectiva,
sin ruido, sin prisa,
bailando juntas en un infinito
que siempre se expande,
y que siempre me devuelve a mí,
a mi chispa,
a mi ternura,
a mi vida que respira.
No hay prisa, no hay final,
solo este instante donde todo se expande,
donde soy a la vez el cielo y la tierra,
el aire y el pulso,
la bailarina y la música.
Y en esta danza,
la vida y la muerte,
el pasado y el presente,
el miedo y la esperanza,
se abrazan suavemente,
como un secreto que siempre supe
y que ahora celebro conmigo misma.
08/09/2025
Dikia©
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