Mis recuerdos se amontonan, y me hacen sonreír "retazos"
2018 Mayo 04
Poema Escrito por
Encanto, estilo, y mucha, mucha clase,
eso tenía mi abuela ¡Y un genio de mil demonios!
Tres niños en escala ocupando un año su casa
Diez, nueve y siete años
Exquisitamente educados, pero... niños al fin
Mis recuerdos se amontonan y me hacen sonreír
Dos ancianos maravillosos en una casa siempre ordenada
Acogieron a una tropa, que invadió, vida.... y rincones
Una mesa grande presidía el salón, en un tiempo,
en el que lo pequeño era el televisor
Presidiendo por supuesto, mi abuela, cerca de la cocina
Y mi abuelo al otro lado, todo un señor mi abuelo,
él nos partía trocitos de pan pequeños para pincharlos
al tenedor, y así, mojar el huevo sin mancharnos los dedos
Eran divertidas las cenas, nosotros le cambiábamos de sitio
la servilleta o los cubiertos, y el hacia como que no se enteraba,
y lo buscaba despistado para hacernos reír...
Luego yo, que era....soy, la mayor, limpiaba los platos, me ponían
una banqueta porque no llegaba a la pila, y en un barreño lleno
de espuma, que me encantaba...metia las manos, y estaba una hora
¡fregando! Ahora ya no me gusta tanto fregar
La radio, aparato importante, era lo único que escuchábamos
por la mañana....la novela, lucecita ponían, todos los días un capítulo. Dramática historia de amor, larguísima, y con final feliz
Por las tardes...mesa camilla y punto, mi abuela me enseñó,
vuelta del derecho, vuelta del revés. A los niños siempre les
encanta la atención de los mayores, y a mi me encantaba estar
con mi abuela, los domingos se arreglaba y nos íbamos a misa,
no se me pego nada, porque yo ya era una niña buena..Aja
Pero esas mañanas de sol y la misa de doce del domingo, están
en mi retina, igual que el peluquero de mi abuelo, subía a casa
a cortarle el pelo una vez al mes, siempre impecable, se ponían
en el baño y yo lo miraba embelesada, tan correcto, tan perfecto
La casa se calentaba con una cocina inmensa de hierro que ocupaba casi en su totalidad la estancia, la dedicada a cocinar,
y que funcionaba con carbón, los colchones eran de lana, y en
el tiempo que pasamos allí se abrieron una vez, y todos ayudamos
a esponjar la lana, para que el colchón volviera a ser mullido
También se coló un ratón en la alacena, estuvo allí... días, tenía
de todo, y la intrépida cazadora fue mi abuela...
saco pacientemente todas las cosas de la alacena, hasta que, apareció el ratoncillo, no recuerdo que fue de el.
Tres niños en escala, diez, nueve y siete años
Creo que ellos también se divirtieron
Mis recuerdos se amontonan y me hacen sonreír
¡Fantásticos!
2018 Mayo 04
Elvi
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