A MIS CINCUENTA
Tu mirada de niña inquieta.
Sin intenciones oscuras.
Ha desatado en mi la locura.
Un guiño un corto gesto.
No recordaba la esencia.
Del juego vulgar de la vida.
Tu mirada de miel y fuego.
Me despojo de la armadura,
Estoy cayendo en picada.
Quiero estar en tus brazos
y posarme en tu regazo.
Remolino de sentimientos.
Has despertado mi Venus.
Desconcertado me encuentro.
Tu sonrisa es como la brisa,
Que suavemente me desviste,
acaricia y me deja rebosante.
He visto tu natural belleza.
En mis manos sumergida.
No puedo preparar la huida.
Embriagado por tu aroma.
Deseo tener tus besos.
Sin pensar sigo tus pasos.
Tu canto Sirena preciosa,
Me hace alucinar el tenerte.
Esta vez quiero ser fuerte.
Ambrosia deja de tentarme.
No quiero jugar este juego.
Creo que he tenido bastante.
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