Mi vicio...
Llegaste en las entrañas del viento, que sutil soplaba en la madrugada, posaste tu presencia en mi pensamiento, aspirando mi corazón, que amoroso se agotaba.
Tu amor llegó fuerte y tardío, a quemar todo mi ser, es como el sol que llega después del rocío; Y no resistí a tus encantos que pude ver.
Árbol maduro, con voz de adolescente, canto de paloma en su palomar, llegaste de pronto, enloqueciendo mis sentidos, encantada en tu mundo, paralelo al mío.
Se fue la quietud de mis noches, en compañía de palabras, que mi corazón por amor, me hacía reproches... eres como agua cristalina de un río, que fluye en mi mente, llenando un pozo vacío.
Hoy he perdido el juicio, ya no encuentro mucho consuelo, platicar contigo ya es un vicio, me penetró tu esencia y en un dos por tres me enamoré, entregandote mi alma y mi consciencia.
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