Mi dulzura en el hastío

Siempre lo supe
y siempre lo supiste,
ninguna derrota
consiguió ponerte triste.
Peleaste,
y como yo sabía
lo lograste.
Un orgullo
que en tus peleas
tenga siempre un lado tuyo.

Nunca en otros brazos,
nunca en otra boca
encontré amargura capaz
de volverme loca,
ni dulzura en el hastío.
Que no quiero futuro
sin el tuyo junto al mío.
Y así, después de gritos y canciones
te expreso aquí
la más fiel de las devociones.