Mi amigo el jilguerillo

Jilguerillo, de melodioso canto
despega, extiende tus alas,
elévate, dirígete al campo,
y aléjate, de las aves malas.

Tu plumaje grisáceo, elegante.
Tus ojos, aldededor unos aros
blancos, se ven expectantes,
muy bellos, de un tono claro.

A

cércate, comparte tu melodía.
No temas, vuela, ven hacia mí.
Canta, bella ave, alegra mi día,
que tengo frutilla, y es para ti.

Quisiera poder imitarte,
y atravesar por las nubes
pienso, al contemplarte,
cada que al cielo subes.

Tienes la libertad absoluta
de volar hacia el horizonte
pues ya te comiste la fruta
que te he traído del monte.

Pero te quedas a acompañarme
algo en ti sabe que te necesito.
Amigo mío, no quieres dejarme,
por mí, tú rechazas tu instinto.

Mi fiel amigo emplumado
tú me visitas cada mañana,
espero tu llegada calmado,
observando por la ventana.