MI ALMOHADA

MI ALMOHADA

Hay una almohada que todas las noches me espera,
quizás porque se acostumbro a escuchar mis nefastas historias,
uffffffffffffffff ¡Cuántas historias!

Las horas modelan en el reloj mientras recuesto mi cabeza en ella,
de vez en cuando seca mis lágrimas,
¡No, de vez en cuando no!

D

ebo ser realista con ese propio yo que se empeña en mentirse con tal de vivir por una ilusión que al final de la madrugada desaparece,
lo cierto es que mi almohada recoge cada lágrima de amor, dolor, el añorar el tiempo vivido y que hoy en día no existe.

Debió acostumbrarse a mi olor,
cada vez que la abrazo queda impregnado mi perfume,
los minutos corren hasta alcanzar el sonido de las campanas y avisarle al insomnio que es su hora de entrada.

Esos momentos donde no tienes a nadie y la almohada se convierte en tu fiel acompañante,
la soledad se sigue sintiendo pero no tan aguda como cuando la abrazo.

En fin, solo mi almohada conoce mi verdadera historia, mis secretos, mis locuras y hasta me duerme en mi embriaguez,
¡No le puedo engañar!

Durante el día le cuento de mi amor por tí, con una sonrisa que me delata,
en las noches me niego aceptar que fuiste un pasado y es cuando consuela mi desilusión.

Mientras le escribo poesía a ustedes, ella se prepara para escuchar mis sentimientos en una noche friolenta y solitaria.

¡Sí! Ella, mi almohada.

Jeannette La Poeta Gótica
Estados Unidos
Derechos Reservados de Autor