Me colgué
Me colgué.
De tí,
del limonero de la plaza,
de la noche,
de la rapidez.
Me colgué y no respondí nunca,
paré para tomar aire
y no había aire para mí,
era polvo,
mentira.
Me colgué con el alquiler,
me perdí por Gran capitán
y paré en Santa Teresa tantas veces
a mirar por ese balcón
sin ninguna respuesta.
Bajé la persiana muchas veces,
como nunca antes
y fui a su puerta
a mendigar
cuidados y paliativos,
mirada de manada:
"dime que no estoy sola
y que saldré de aquí.
Tarde o temprano,
no tengo prisa."
Y ahí colgada, boca abajo de nuevo
es la última vez
que me escuché con atención.
Ahora en una isla
acalorada y con pagos pendientes
me miro las manos
y les pregunto
qué carajo se han llevado
y dónde está todo
lo que dí y recibí.
Si las cuentas
me hubieran salido bien
no deberían estar ardiéndome
ni debería tener ganas de llorar
cada vez que las miro
y les hablo.
Me colgué por que
las caídas de los héroes
son la parte más intensa del guión
pero nunca quise
que nadie llorara por mi .
Tal vez hay cosas
demasiado personales para ser compartidas,
pero qué es si no el mundo
un cúmulo de asuntos del corazón
donde todo sucede por alguien.
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