Madrigal

 

Flor nacarada
eres aljófar diminuta florecita
apareciste así, silvestre;
¿eres flor o eres poesía?
¡Flor de mí jardín ¡
Sembré una planta verde rosácea,
de pétalos vastos y ondulantes
sin imaginar culturaría

una lírica sin fin.
Hoy, en el amanecer te encontré
al irrigarte con el rocío del alba,
tu figura adoré; el frescor y aroma
se esculpieron en mi mente.
No he dejado de pensarte,
porque acaricias, con la pluma
de la perfección,
porque eres arte,
eres divina creación.
Al atardecer cuando el sol se meta
Y el día sale al encuentro de la noche,
Y los dos se fundan en la oscuridad, 
te iré a buscar.
Y daré gratitudes a Dios,
por concederme;
la alborada y el crepúsculo
a ti flor y vos pluma
Y porque inspiró en mi esta poesía.
¡Infinitas gracias, Dios mío ¡ 
Por darme esa pequeña flor; para alabarte hoy