Luz
Me pregunto en el abismo que mi ilusión ha creado,
si los caminos que he recorrido valieron la pena,
si los pasos que he corregido son dignos de tu sombra,
si la magnificencia de tu existencia ha sido honrada por mis actos,
si los deseos de tu mirada consideran mis errores,
si la canción que vibra es el latido de un dios desconocido,
y en ella está tu voz,
No puedo decirte nada,
no puedo llorar ahora sin dejar de pensar en tus lágrimas invisibles,
sin dejar de pensar en ti
y en ese amor que envuelve al universo en toda su extensión...
Sin reír, sin gritar,
solo, en silencio, brutalmente introspectivo,
jugando con la burla,
atando un títere y poniéndole un nombre para animar su cordura,
mintiéndole a mi reflejo y recordando tus latidos,
mintiendo de nuevo para no hacerte llorar,
negándome a escuchar,
cosiendo esas heridas que no sangran...
Inútilmente…
Estoy cayendo, estuve cayendo, tal vez caiga,
ya no quiero que tus manos te duelan,
tratando de sostenerme; otra vez.
Una rosa en particular está pendiente de tu sonrisa,
y el orgullo que la causa se aleja de mi,
mírame ahora y dime si te hizo feliz verme por primera vez,
si las joyas de tu pena son merecidas
y la gravedad bendice su destino,
mi sombra...
Mi ausencia...
Me amas inmensamente y no me siento en la capacidad de ser recíproco,
oras por mi y no tengo buena recepción,
piensas en mi y no soy un buen tema de reflexión,
me amas de nuevo y la vida que me regalaste
fue olvidada en esos pasos que no debí dar,
tal vez sea mejor que ya no sientas eso,
pero eso es imposible,
y las cosas así son propias de los milagros,
y yo no soy una bendición,
tú eres la de los portentos,
yo, un destello de tu pasión...
Perdóname...
Ríe otra vez...
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