Los eternos solitarios

Soy de los eternos solitarios
aquellos, de esos,
que nacen en el éter
y siguen el silencio.

Que cuando el amor llega,
lo rechazan,
y cuando lo desean
se van sin verlo.

Y

viven en el mundo
pero en un mundo
que no es el suyo;
morando los caminos,
pero de ser tan crespos
están perdidos en el tiempo.

Siendo inspirados
que de grandes palabras
solos, se van con el viento.

Los inmortales del alma
que hundidos
en fantasmas se han vuelto.

Aquellos que aspiran el mundo
y con humo eterno
hieren su cuerpo;
son y lo saben,
pero inmersos,
en lo abstracto los perdemos.

Vagando sin rumbo fijo
siendo el azar su destino,
soñando e imaginando, y de eso
alimentando sus adentros.

Los que aun vivos
se convierten
de la mente en sus desechos.

Soy de los eternos solitarios
nacidos del éter
que del amor somos prófugos;
pues con el soñamos,
y en la soledad,
de el nos escondemos.