Lo que nunca fuimos

Hay gestos, palabras, que rozan el borde,
como olas que llegan… pero nunca se rompen.
Una risa compartida, un roce sin mapa,
miradas que juegan, promesas que escapan.
Fui abrigo en tus días, silencio en tus tardes,
el chiste oportuno, el café en los mares.
Te invité a mis planes, caminé en tus rutas,
pero siempre sentí que no eran las mismas.

Tú hablabas de “cómo debería ser”

mientras yo pensaba en cómo hacerte ver
que, sin quererlo, ya te pensaba más
de lo que tú siquiera podías imaginar.