AQUEL HOMBRE SIN SOMBRA

2022 Sep 15

AQUEL HOMBRE SIN SOMBRA
(“Relatos de un mochilero”)

El camión donde había viajado todo el día me dejó en un cruce de caminos.
—Allí está, unos kilómetros y listo— aseguró el chofer.
Por unos minutos, me detuve a mirar el horizonte. Y a lo lejos, donde la niebla difuminaba los detalles, se podía distinguir una ciudad en la falda de una colina. Después de caminar media hora, hice descansar mi mochila para beber unos sorbos de agua, cuando escuché una dulce voz a mis espaldas.
—Aproveche, suba, le llevo.
Y al instante me acomodé a su costado, porque ya se acercaba la noche. Así que, mientras una suave música nos envolvía, la joven fue indagando el motivo de mi viaje. Naturalmente, no pudo saber esa verdad que yo atesoraba en lo más íntimo.
—Me llamo Lys y voy llevando su encargo de un viejo conocido, y — ¿ya tiene dónde llegar? —agregó de inmediato.
—La verdad que no, buscaré una posada —le respondí.

Y sin perder tiempo tomó su móvil y consultó en un raro dialecto.
—Espero que acepte mi oferta y acompañe por lo menos una noche a mi viejo amigo —propuso.
Al rato, cruzamos esa pequeña ciudad, en dirección a las afueras donde su bosque definía los matices de otoño. Ya oscurecía, pero vimos un farol iluminando el portón al final de un camino sin asfaltar. Y una señora de buen porte ya entrada en años nos recibió.
—Él aún no ha llegado, sus lobos también le reclaman —nos dijo.
—Bien, ya está usted en buenas manos, le dejo el número de móvil por si acaso —me dijo Lys al despedirse.
La encargada, pronto me llevó a un bonito cuarto donde dejé mi carga y enseguida pasamos por un gran salón hacia el comedor. Ahí fue cuando llamó mi atención un enorme pentáculo, en medio de antiguos escudos de armas con runas, cuadros antiguos y bellas esculturas,
—Buenas noches, sea bienvenido. Por favor, póngase cómodo y disfrutemos de su arte de Lena.
Con una voz pausada pero segura, el anfitrión ahí, ocupando su lugar en la mesa, el extremo del mio. A pesar de lo alejado, pude notar su buen aspecto, resaltando su frente amplia de tipo alpino. Fue una grata ocasión para saborear la tradición culinaria de aquella tierra. Poco después, el personaje se acercó y casi al oído me dijo.
—Es mi costumbre caminar después de cenar. Le pido, si no tiene inconveniente, me acompañe.
Y sin llevar linternas, salimos de su mansión. La noche se prestaba a conjeturas pero mi carácter de aventurero me decía que debía seguir, así de simple. Mientras, mi acompañante ayudado por su bastón con puño de plata, mostraba un inusual aplomo para tan avanzada edad y, sin descuidar de un grueso cirio en la otra mano.
Pronto, me di cuenta que debíamos voltear hacia una calle en T, y me percaté de una fuerte luz procedente de un vehículo a mis espaldas, de un camión que a pesar de los minutos y su velocidad no conseguía alcanzarnos. Fue cuando mi atención se puso en alerta y miré al frente, a la pared y… ¡oh cielos!, ¡por lo sagrado que nos contempla! ¡Solamente una sombra en el muro!
En ese instante, volteamos la esquina, pero en mi mente, lo visto me produjo una sospecha, sin embargo debía callar.
Luego de un tiempo, llegamos a una vieja casona que tenía una tétrica cripta donde no conseguí distinguir más datos que su estructura. El anfitrión me dio un encendedor y el cirio señalando dónde ponerlo. El viento nocturno parecía traer las notas de una música en órgano muy triste,
Esa noche, después de regresar, en verdad que no pegué los párpados. Por la mañana, dejando agradecimiento por medio de su conserje, me alejé del lugar.
© Derechos Reservados de Autor.
Acompaña música lúgubre del caso.

2022 Sep 15

Artífice de Sueños MARS rh
Desde 2012 Dic 25

Conoce más del autor de "AQUEL HOMBRE SIN SOMBRA"