Las tardes de talavera
-I-
Te evoqué, en la ruta sin fin,
transitado el callejón de los sapos
iluminado, desierto.
Tomada la mano
bajo la tarde pincelada en talavera,
sobre el diminuto riachuelo
encendido de la acera.
L
y el repique de campanas
en su acústico llamando eternidad.
Vuestros ojos de lunas sonriendo,
al igual que la tesitura desplegada
rescatando, plena de versares.
La vida simple...
embelesos de un café italiano,
libélulas profundas reclinadas,
melodías y lumbreras.
Telares del recinto
sobre los húmedos pasos del balcón,
y en su danza, aromas lozanos
de una viña sosegada.
Malvas de luces en el cielo
habitantes de un espacio abierto;
pretor de intervalos brasas
en su iluminado signo.
-II-
Surges de antaño, infinito,
transparente erial,
susurrante en su blancura,
edificado sobre todo ello.
Un silencio durmiendo, respirando,
apenas esparcido;
titubeante, en vuestro aroma de mar
sumergido en mis mareas…
Estrofas de un simbólico estallido
ataviado de absoluto,
entregado en el ritual.
Sumido en el valle del silencio,
donde se gesta cual luciérnaga
la partícula liquida,
que escriba en el dorso mi poesía.
ϴ
Fondo musical: Yiruma- Because I love you
Agosto 2, 2022
© 2022 Gabriella Ponce- La Dama Azul
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