El Mundo que Soñé
Fluye el río libre y majestuoso
en un tiempo eterno sin relojes,
anda la brisa correteando sin prisas
por caminos sin repechos ni tropiezos,
por follajes de ilusiones florecidas
salpicando la vida de alegría
Se mece esta madeja en un constante vaivén,
un susurro emerge de su centro y se eleva
absorto ante la nada,
buscando la matriz que lo genera,
sucumbe en su búsqueda y repliega
su capullo aguardando en la espera
confusa de lo que al principio
parece ser incierto,
pero atento
ante la intuitiva certeza
de que hallará
pronto su esencia,
y no tendrá que rendirse
ante lo externo
En este mundo mágico
me he quedado dulcemente inmersa,
y ahora soy protagonista y espectadora
de esta sublime maravilla que
en su acogedor misterio me ha imbuido
Aquí no existe la tristeza,
todo perdura, nada se aja ni envejece
la enfermedad es sólo un mal recuerdo,
y por fin la muerte ha fallecido
sepultada entre huracanes y avalanchas
El amor fluye generoso
repartiéndose siempre y entre todos,
la felicidad es axioma incuestionable,
sin miedos ni soledades
sólo reina gloriosa la armonía
tornando lo imperfecto en
fina obra de maravillosas singularidades
La vida renace extasiada,
brillante y espléndida
nunca más acongojada
Libre por fin de la injusticia
libre por fin de la amargura,
libre por fin de la punzante puñalada de la pérdida,
libre por fin de las ataduras
que la sujetaban al dolor y a la locura
Polvorientas y olvidadas
moribundas y sedientas,
las despedidas desfallecen
para siempre en el andén
de las separaciones indeseadas
Este sueño de corales
y estrellas luminosas
no necesariamente
es utopía o efímero destello,
son tus sueños y los míos
en la misma sintonía
entrelazando sus moléculas
para llegar un día a plasmarse
en el infinito lienzo etéreo de la vida
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