“ Las calas de Frida”.

“ Las calas de Frida”.

Lloran los acordes primeros
de la guitarra enamorada
y en las penumbras del salón,
un Do sostenido
se mezcla enaltecido
con un Re bemol.
Triste concierto de
bienvenida a tu adiós!

En partitura estresada
de negras figuras,
donde abundan los graves,
carentes de Si.
Vuelan perdidas huyendo
a la lluvia,
descoloridas mariposas
afuera en el jardín.
Y en la vieja casa
de barrocos ladrillos,
junto al aciagado piano,
las calas maduras
del túnico de Frida,
sollozan sin consuelo
sobre la pálida pared.
Se mecen las cortinas
en la habitación sin cristal
y una gota carmesí
arruina el bordado
q se descose sin dedal.
Se hace sentir
despiadado el crujir,
bajo las suelas veloces
q cruzan el umbral.
Callan las teclas y los acordes
punzantes,
un eco sordo y amenazante,
se deja escuchar...
Anuncia su paso un tren oxidado
q a la Ciudad no habrá
de regresar.
Simbiosis torcida
de puertos equívocos
vadeó los caminos
de antagónicas vidas,
impune responsable hoy
por las lágrimas,
en las calas de Frida.
AC.