LA VIDA ES BELLA

Insensata levedad de quien
estando en bienandanza,
las desgracias ajenas jamás
repara o se le olvidan,
y, así, constante va exclamando:
“¡Cuán bella es la vida!”
“Soy un optimista…
me siento pleno de esperanza”.

Los terribles holocaustos

de famélicos infantes;
las execrables guerras
con catastróficas secuelas,
genocidios, atentados,
colectivos accidentes,
a lamentarse no lo mueven,
para él la vida es bella.

Violentas sacudidas barriendo
pueblos y ciudades;
las fraguas de Vulcano
expeliendo fuego y sepultando;
Neptuno amplias regiones
destruyendo y anegando.
“Males son de los demás,
mi vida está llena de bondades”

Niños muriendo por el cáncer
en flor de su existencia;
en todas partes, humanos
torturados en la cárcel;
muchos otros por desahucio
acaban en demencia…
“Dios se los ha decretado,
¡para mí la vida es tesoro dado!”.

En la búsqueda del pan diario
y de oportunidades,
tristes muchedumbres miserables
en frágiles navíos,
invaden ciudades afrontando
mil calamidades.
“Su problema es, que no el mío,
¡mi vida está llena de bríos!”.

Maleantes homicidas nos acechan
por doquier;
no estamos ya seguros
en cualquier rincón de la casa;
cuerpos muertos aparecen
cada día que pasa.
“A mi eso nunca me llega,
¡esta vida es muy digna de ver!”

Sí, ¡qué bella es la vida!.
la de los cuerpos naturales,
no así la que le cupo en suerte
a los míseros mortales.