La sombra

Finalizado el día en su labranza
carruajes atraviesan la atmósfera inquieta;
y se irrumpen los segundos,
surgidas la reminiscencias de tapias.

Ausentes los textos,
un emplazamiento circunscribe el desorden
en la celda del agua que se teje en bruma;
atestado en cellisca
de un triunfo que poco duró.

D

escendiendo tumultuoso
cantase el sollozo íntimo,
mudado un velo sombra
al temblor de las centellas silenciosas.

Nemorosos los escritos diseminan
el estado en redención de un desván,
ausente de gavinas.

Un tornado, desde el umbral firmamento,
como instrumento filoso
capaz de cortar lazos ligados al pecho.

El conversar de un camino infecto
de palabras pálidas, glaucas;
al otro extremo de los cien laberintos
y pasajes llagas labios,
despeñado al fondo de un costado
tras el hueco de un cañón.

Lóbrego deambular entre rincones del corredor,
mudo el rumor melancólico
y la vigilia donde cruza gélido el aire.

Impugnable umbroso silencio
alcanzado por la espada,
detrás del cerco de oscuridad
que hondo cava.

“…yo, el propio abismo que soñé
y la sombra, los caminos,
los atajos simplemente eran yo!”
ϴ

Mayo 11, 2024
© 2024 La Dama Azul- Gabriela Ponce de León
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