LA NOCHE DE LUNA LLENA...

Recuerdos de aquella noche que sin querer,el destino sin buscarte derepente te pusiera en mi camino; sin conocerte, recuerdo haber soñado contigo.
La tarde se ponia triste; ella sola, yo tan ingrimo. Sin un requiebro de brisa ni un arrebol encendido. La tarde se sentia sola, y triste junto al olvido; empezo a soltar el llanto como cuando lo hace un niño. Yo estaba desorientado con una oscuran adentro, en una ondura perdido; como si la tarde triste y mi alma fueran lo mismo.
La tristeza me invadia, me pecho se tiño oscuro, la nostalgia me abrazo y ya no pude conmigo. Entonces llego la noche... con mi rostro anochecido recorde que en la distancia tiene querencia el olvido; y a dejar en algun lado esa angustia sin motivo, sali a disipar mis penas al filo de los abismos... alla en lo claro pa fuera entrando en lo oscurecido.
Mi paso escogio una punta del sendero del camino, y le dì en la rienda suelta el rumbo de mi destino; la noche como mi pecho y mi pecho estristecido.
El cielo luto cerrado, la luna se habia caido y estaba rota en el agua. Era junio, habia llovido negros presagios; las nubes cargaban adentro un rio y sin parar caminè sin hallar ningun sentido. Depronto como la suerte nace del naipe escondido, una dama atravesò su tierna mano de alivio y detuvo los mil pasos que triste habia recorrido. Porque sin saber ni como, yo vine por tu camino, era el rumbo de tu amor que cogi sin tener trillo, era tu casa y llegue, como al seno llega el niño.
La noche como testigo me vio decirte al oido viejas palabras que ahora, tienen un nuevo sentido. Algo de guayaba verde dejo en mi boca el suspiro que se escapo de tus labios descubriendose en los mios; y brotò amor de la tierra, de las cercas, los espinos. Yo te dije: No me olvides. Dijiste: Me voy contigo.
La noche cambio su luto por un ropaje festivo, y recogio la llovizna su mortaja hilo por hilo. Y cuando salimos juntos el cielo estaba encendido, aparecieron estrellas arribita de los lirios y retozaban luceros como los ojos de un niño. Un firmamento bajito, todo apretado de brillos; un pecho brioso rompio olas de un mar florecido y el campo de la llanura se adorno con tu vestido.
La noche de luna llena adornada de astros vivos, mi pecho, que era tan negro se ilumino del rocio; La noche de luna llena yo no escogi los caminos y me encontre con el tuyo...
¿ O ya soñaba contigo?...