La herida

Nos toca elegir nuestras batallas
Nos toca defendernos de nuestros enemigos
si atacan
Por si no fuera sencilla la vida
Nos toca sobrevivirla
y ante la ola de escenarios
poco favorables e ingratos
nos toca ser víctimas,
pero sin actuar como ellas
sin bajar la cabeza
que nos toca caminar erguidos
porqué la lástima no nos conviene
y no nos da de comer.
¿Qué va más allá de las protestas?
¿Qué es lo que se protege?
¿Cómo es que la violencia no llega a tu hogar?
Nos enseñan a minimizar el odio ante
las banderas de otros
y la empatía nos come a diario
ante la propia dignidad que se resbala.
Dime dios si soy digna de este mundo
en el que respiro hipocresía e incongruencia
en el que incluso antes de mí
los despiadados seres
derramaron sangre de inocentes.
¿En qué y en quien se puede confiar?
Si no hay casas que pueda comprar
el dólar a la alza y las rentas por igual
y los salarios decaen,
dime dios ¿qué es lo que puedo controlar?
¿en verdad los limites propios pueden
respetar o esta vez tengo
que agachar la cabeza
para que fácilmente me decapiten?

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