La fortaleza de un arbóreo.
LA FORTALEZA DE UN ARBÓREO.
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La tarde me cubre de sombra
de gris mi rostro escrito
a lo lejos un árbol me asombra
luminoso, soberbio y bendito.
Miro embelesado
tu horizonte arrevesado
de gris rojizo.
El otoño desvaneció tu ramaje
con filo de avisado viento
que enluta el paisaje
sesgando tu verdor macilento.
¡ Quisiera ser como tú !
Madero alpinia roca
frente a mis días grises, de melancolía herida
como tus raíces, que el viento no toca
Y no esconderme, en la sombría de una guarida.
Tú conversas con el cielo
oyes el canto de las musas
las coronas con tus floridas hojas en rielo
en tu corteza cobijas sus emociones, silenciosas como las fusas.
Eres un vendaval de versos
de sombras frescas y días brillantes
noches de besos, promesas, amores dispersos
llanto, risas, de estrella centelleantes.
¡ Planta arbórea !
Quiero tu fortaleza
para mi mundo de carne y hueso
y más para mi espíritu, que muere de flaqueza
que se frustra por un abrazo frió y tieso.
Madero dorado, que cobijas y amas
eres majestuoso y fuerte
a pesar de tus tristes ramas
siempre estás de pie, aun después de tu muerte.
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Leonardo Sarmhi.
Derechos Reservados del Autor.
24 de abril 2017.
Lima – Perú.
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