insurrectos

era aquel laberinto /ciudad
de insurrectos maullidos
territorio emo/sad
que abrigaba el insomnio
de los desposeídos.
Sentados sobre el puente, tus piernas oscilaban al norte de una noche
librada a la corriente […]
y en la mirada de sesgo contenido,
el azul ronroneo del gato azul y triste que araña las estrellas en el club privado del olvido.
Desde los rancios cajones

donde postergar llaves, tanteamos los húmedos asfaltos
en porciones
y aguardamos los tallos de las primeras flores
colgados de las cañas
hipsters de Malasaña
y sus tripas voraces,
¿quién se resiste a los poetas lenguaraces?