Hoy no es un sueño.
Esta mañana, antes de que el sol despertará desperté yo: Abrumada, asustada y un tanto desorientada. Recién había salido de aquel sueño, un viejo sueño, uno que ya había soñado muchas veces antes, muchos años antes.
"Mi madre moria" .
El sentimiento siempre era el mismo: una tristeza profunda, de aquellas que te hacen regresar los pasos y soltar los brazos. Pero la sensación de alivio que llenaba mi cuerpo era grandiosa, extremadamente reconfortante al saber que solamente había despertado de un sueño, si bien perturbador, pero un sueño nada más, y lo podía comprobar porque al levantarme vería a mi madre en algún rincón de la casa con sus signos vitales en perfecto estado y con aquella presión arterial de quinceañera. Lo curioso es que esta vez no sólo había despertado de un sueño. Este sueño en esta mañana y este día ... Era mi realidad.
Hoy no tendría que buscarla en algún rincón de la casa...
Ni a ella, ni a su presión de quinceañera.
Fragmentos de mi vida. K. S. B.
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