Hijo

Tus pequeños dedos en mi rostro
Son como gotitas de lluvia
Que calman la sed
De mi espíritu agotado

Tu risa libera mi energía
Me embelesa con tu dulzura
Pequeño fruto mío
Pronto serás un árbol
Que dará una gran sombra

Y muy buena madera.
Yo sigo aquí atrapada
Con el pasar de los minutos
Entre angostas paredes
Mientras tú suspiras solo
Entre tantos juguetes.
Cuánto quisiera amor mío
Que con amor se comprara
Y no con dinero,
Para estar cerca cada momento
Acariciando tus cabellos
Y ahogándome en tus pequeños besos
Tu tierna voz me alimenta
Pero el corazón me revienta
Cuando no estoy
Al abrir tus curiosos ojitos
Mi tierno niño
Con mejillas de algodón
Tu existencia es
Mi mayor bendición.