HABLA LA MAR


HABLA LA MAR
Me siento frente al mar y veo,
veo con temor su fuerza relajada
que se expande frente a mí y avisa.
Hoy está tranquila.
Cuando aúlla en las noches del invierno
reclama lo que es suyo,
La mar avisa cada noche.
La escucho desde el porche de cristal,
me habla, me susurra y a veces grita,
incluso canta.
Selene escucha y calla
sabedora de su influjo, de su fuerza.
Pinto en mi memoria los sonidos de la mar,
los silencios de Selene,
las sombras de aquellos que salieron a su encuentro,
guerreros en la noche de tormenta
que encontraron su morada junto a ella
y allí descansan,
encerrados en los pecios del azul
castigados por las olas de la vida,
olvidados
Cantan y danzan las sirenas en las noches de verano,
acuden juguetonas a la playa,
dejan recuerdos en la arena
a la vista de mortales
y entonces recordamos lo perdido,
lloramos su memoria ya difusa
y escuchamos los sonidos de la mar
cuando aúlla o canta,
cuando ríe o llora
y nos avisa.

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