GUADALQUIVIR
Quién como tú pudiera,
ser fragancia, soto y trino,
despertar cada mañana
con tus fragancias de río.
Quién como tú pudiera,
ser espejo, torre y puente,
mirarse siempre el ombligo
admirado por la gente.
ser sueño, historia y pasado,
molino que me moliera,
el trigo que me han negado.
Quién como tú pudiera,
ser siempre el mismo y distinto,
ser caballo desbocado,
o dulce amante rendido.
Quién como tú pudiera
mostrarse en el mismo lado,
unas veces muy querido,
otras menos, rechazado.
Porque Guadalquivir, tienes,
algo que no se me ha dado:
constante fuerza y vigor
que los años me han quitado.
Quién como tú pudiera,
vivir por siglos y años,
con el mismo discurrir:
dulce y manso muchas veces,
pocas, cual caballo desbocado.
Quién como tú pudiera,
seguir historias contando,
por las orillas de pueblos
que como tú van soñando
con entregar a la mar
el fruto de lo sembrado.
Quién como tú pudiera,
ser esclavo y amo
de los días que te miran
como árbol en el remanso.
Conoce más del autor de "GUADALQUIVIR"