Florecer Eterno

Hace unos momentos encontré una flor guardada en el tiempo,
entre las hojas interminables de recuerdos.
La gente me dice morgue de las flores, por guardarlas
luego de que mueren, pero yo no soy nadie para quitarle la belleza a una flor,
solo cuando decide caer del árbol, la tomo y la dejo secar
para moldear su delicadeza juvenil en un eterno otoño
cuidada y custodiada por sus pétalos,
dejando que sean recordados por la inmortalidad
igual a esa llama del corazón, pura y memorable.
Si la realidad avanzaba, las hojas marchitas se sumergían

entre la tierra y el mar, y yo mirba triste y abatidamente
como luego florecían, conquistado y azotado
por la ardiente primavera y por la luz de los capullos florecientes
que prometiste ofrecer el día de nuestro encuentro.
Se acerca el momento, el sol se oculta
y tú timidamente te acercas, sostienes esa flor
que la noche entrega.
Nos perdimos en el tiempo, logrando caricias
y que un sombrío beso ahoguen el sitio
en un profundo color pasión.

Para mi amiga Monserratt Toledo, A quien quiero mucho.