Flor marchita

De la luz que olvida caminos
ha de cambiar el lustre opaco
a tinieblas fuertes ,
los muertos hablan en el frío
entre hoyos ondulantes
que devora puertas.

En la estación de tinieblas
la soledad es basta,
un grito mudo se mueve

en las alas de un cuervo,
los caminos se menguan
como laberintos obtusos.

Los días muertos de una flor
marcan de negro el silencio,
la tierra gris tiene sed
de lágrimas nocturnas,
en oscuridad el dolor
arropa el alma en pena.

La noche suele ser calma,
entre ramas muertas
la luna susurra al alma
cantos de sapiencia,
del dolor hay entendimiento
desde las palabras que se queman,
largo trecho se aproxima
entre muros nocturnos de frío,
alguna flor me espera...