Estrellas de verdad

Tantas veces te compare con las estrellas,
que nunca tuve cuidado,
pues la mayoría que brillan en el cielo,
no son más que un puñado de astros muertos,
y lo que vemos es la historia de lo que alguna vez fue.

Así como tú que fuiste temporal,
no me duraste ni una vida,
pero tu luz aun me guía sin que lo sepas.
Retornaras al polvo, pero de ti surgirán nuevos soles,

hacia nuevas vías.
De una u otra manera,
Algo de ti sigue impulsando mi vida.

También me percate que las estrellas callan como tú,
jamás las he escuchado hablar con cualquiera,
hasta me he sentado noche tras noche
ha esperar a que me digan algo,
un murmuro, algún espasmo de risa,
pero solo escucho la ciudad.
Siempre espero temprano,
llego media hora antes de que anochezca,
coincido con el ocaso y espero.

Hubo algo que nunca entendí contigo
en esta paradoja del tiempo:
Aunque llegué antes, siempre estuve tarde,
ojalá me lo pudieras explicar.

Algún día, que estemos solos contra la noche,
y que el cielo de ahora te ilustre de nuevo,
y pueda observarte aunque estés callada,
sin decirnos nada,
sin que nos estorbe nada más.

Solo así sabré lo que te has guardado,
lo que conservas para nadie,
lo escuchare de tu vacio.
Contigo aprendí el silencio,
también es un punto de vista.