ESCULTURA PARA RECORDAR
La encontré descuidadamente erótica
bajo la blanca transparencia de su manto.
Ocultaba sutilmente,
lo que su inocencia
era incapaz de ocultar.
En un exhuberante anhelo de deseos,
las voluptuosas formas se dejaban traslucir
bajo la placidez de su mirada.
impúdica jugaba,
pude admirarla desde todos los ángulos:
de frente, de perfil, en escorzo...
A veces, aquel manto de irrefrenable deseo,
se deslizaba acariciante
de arriba a bajo
sobre su laberinto de formas armoniosas.
De cuando en cuando,
quedaban al descubierto,
para regocijo e incremento
de mi fogoso e irrefrenable deseo.
Abandoné aquel templo-museo,
y volví a la realidad de la calle,
sin dejar de recordar:
aquella viviente escultura,
sus pliegues, sus formas, su manto...
que escasamente cubría
la desnudez
que impúdica se mostraba.
La indescriptible belleza de su rostro,
tantas veces admirado,
se mostraba bañado de mar
y rosados amaneceres.
Allí quedó su belleza esculpida,
yo me traje en el corazón,
un sueño imposible de olvidar.
Para que no permanezca
en el silencio de mi celda,
hoy lo he querido perpetuar para tí.
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