Escribe palabras

Podrá alguien decir que nunca haré el poema perfecto.
Porque yo los he leído.
Poemas de poetas tan perfectos.
Llenos de justas medidas.
Siguiendo cada verbo al infinito sustantivo, en el sol de la preposición exacta.
Como si fuese lo que siempre había dicho sin decirlo.
Como haciendo que mi alma hable con esas palabras de poetas desconocidos y a gritos.
Igual, de todas maneras, siento un cierto miedo.
Es que drama y tragedia no se sujetan al modo de decirlas.
Ni la bondad se llenará de cuentos y deseos de leerlos.

O lágrimas, las lágrimas, es que, no tienen lagrimales los versos aun sean perfectos.
Posiblemente sí, hay mudas palabras del alma que un poema libera al viento.
No, no quiero ni juzgar ni menos pensar que las palabras son solo palabras.

Podrá alguien decir que nunca haré el poema perfecto.
Claro que sí.
Porque cuando suban a la montaña en mis versos, no llevarán pasaje ni camino de vuelta.
Porque cuando se da la vida de verdad, está ya no se recuperará.
Porque cuando se levante el sol, la misma noche nunca más volverá.
Nadie volverá porque así se ha escrito.
Porque cuando la noche vuelva, esta misma tarde se irá para siempre.
Porque siempre y nunca serán escritos con el hoy.
Y el hoy, nunca se queda o siempre se va.
Porque el olvido no solo es de la memoria.
El olvido tiene células sin movimiento y ojos cerrados, que ya no dan ganas de vivir.
Aún así, son palabras, palabras que se juntan con lo que respiro y lo que siento.

Podrá alguien decir que nunca haré el poema perfecto.
Yo creo que sí.