Al ritmo de samba canción!

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Más que un poema, aquí están descritos específicamente dos capítulos muy duros de mi vida! Uno 100% superado y el otro en proceso de superación pero que jamás será cicatrizado.
Lee dos capítulos de mi existencia aquí fragmentados!
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Los días eran grises y en mi piel sentía el olor del abandono, el desprecio y la decepción que junto a la desilusión brindaron para mi vida: soledad, tristeza y dolor... Llegaste tú! Dios te envió con sirenas de emergencia, con un propósito y una misión, levantarme del hoyo que me impedía ver la luz y me explicaste que: si uno me abandonó, habían mil a mi lado queriendo abrir sus brazos para abrazarme; que el que me despreció no estaba en su cabal juicio y me hiciste brindar junto a ti a la decepción y desilusión fuera de mi vida!... Y me empujaste hasta el borde del hoyo donde el sol ya se hacía presente. Protegiste mis ojos y me diste la mano hasta que salí.

Estuviste conmigo en las tantas alegrías y mientras yo me divertía me escribías "I miss you". Jamás robaste mi espacio, jamás me sofocaste, jamás me precionaste, pero jamás me abandonaste.

De lejos me mirabas para socorrerme ante cualquier peligro, incluso del frío y del resfriado. Y... te dije si! luego no, luego si, después no, luego si, otra vez no, a estas alturas vaya paciencia la tuya y cuanto amor, buscabas y hacías malabarismos para conseguir un nuevo si, hasta que hubo un día en el que el Si fue definitivo y cuanto gané!... Mucho más que un premio de lotería! Juntos vimos a las estaciones pasar y a las flores florecer, vimos colores vibrantes y un sol soberano que dejó nuestra piel color bronce.

P

ero el mal día llegó otra vez, el cielo se oscureció, no había sol, la tempestad era tan fuerte que si no me sostenias caía sin fuerzas para levantarme, desta vez el hoyo era mil veces más grande, tenebroso y oscuro. Viviste conmigo una historia de terror y nadie te obligó a estar allí, pero estuviste, limpiaste mis lágrimas y me contuvieste en mi desesperación. Fuiste mi soporte, donde me arrimé dejando caer sobre ti mucho peso, pero como un guardián no te cansaste seguiste firme y fuerte, por eso sé que fue Dios quien te envió, si no fuera por Él hubieras desistido pronto. Entendías tu misión y aún las sirenas sonaban, todavía había emergencia, de hecho mucho más grave y profunda que la primera.

Tú me viste de cabello largo, corto, negro, rubio, platinado, bicolor y a las cuatro de la mañana de un día cruel me viste sin ni un hilo de cabello al frente, pero un puñado atrás y una voz aterradora diciéndote, despierta, por favor, ayúdame, no puedo cortármelo todo sola y tu pacientemente terminaste lo que yo había empezado.

Definitivamente eres mi otra mitad, definitivamente Dios está muy orgulloso de tu trabajo y definitivamente jamás te soltaré, eres mi gran amor, mi ángel guardián, mi compañero de aventuras y desventuras, el que pone sonrisa en mis labios y hace palpitar mi corazón al ritmo de samba canción!..

Una vez te dije y lo repito: La luna y las estrellas en una bella noche de gala nos hacen la venia al vernos pasar!...
Te amo!!!

Foto y poesía por:
Priscila R. De Azevedo