ENEMIGO MÍO

Enemigo mío,
hoy que he visto las bendiciones que saludan mi casa
y que los besos de la vida llueven abundantes en mi cara,
hoy que solo siento felicidad en mis arterias y no me falta nada.
Te miro lejano desde mi ventana y me nace flores de amor y compasión hacia ti.

¡Perdóname enemigo mío,
si no tuve caridad y paciencia contigo!
Perdóname por no recordar que mientras yo feliz en mi casa me abrigo,
quizás en tu hogar llovieron truenos y lágrimas de orfandad,

y si hoy en mi hogar la felicidad sonríe dilatada,
quizás en hoy en tus mantos todo es amargura y llanto.

¡Enemigo mío, enemigo mío! Ven a almorzar a mi mesa,
para ti he preparado panecillos de amistad,
jarrones de perdón y muchos abrazos sinceros.
En el festín del amor, no hay lugar para el espinazo del rencor.

Ven, dame la mano y empecemos de nuevo.
Perdona mis torpezas, yo solo soy un pobre ser, frágil, pequeño, terreno.
Levantemos las banderas blancas del perdón en la humanidad entera,
que las naciones bajen los fusiles de las guerras,
que el perdón sea la llave mágica que moje sus veredas
y la paz permanezca por siempre brillando en nuestras ruedas.

Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados