endorfinas en el cosmo


Las aves de tu boca migraron, y con ellas todo se oscureció.
En el frío que carcome la entumecida garganta,
Que apelando al cenit abrazo al suplicio del dolor ansía,
En agujero negro el vacío de mi diafragma se convirtió,
Siento al hosco universo expandirse en la memoria,
Y experimento a la exánime muerte rozar mi voluntad,
una galaxia de sinapsis se desvanece en la existencia,
un tsunami de endorfinas penetra en la amígdala,
Y luego, una ola oscura de vacíos se precipitan por detrás.
E
con una lluvia de estrellas, agudizando los sentidos.
En el temor que acompaña a cada súbita ráfaga de agonía,
la energía oscura me atrae a la gravedad de mi carne,
Atravesando la zafirea bruma electroestática,
que Refulge del sur, a la septentrional retinencia.
En incendio, el vahoroso acero que me impregnó,
se ha derretido a la luz de tus astros,
Bajo los pálidos lúmenes que sé desasen del semilunio,
La sangre que se torna migrescente,
Gota a gota ala húmeda tierra impregna.
La niebla se apiadó del caduco cuerpo,
Libre de la duda, La Paz se hizo al eco,
Penetrando en mi interior, a un lugar en donde ya no pediré,
ni rehusaré nada, Sobreviviendo al hoy,
en él mañana que en mi pasado anhelé.

Conoce más del autor de "endorfinas en el cosmo"