Encuentros en la Penumbra
En ese sueño tejido por el tiempo, nos encontramos una y otra vez, como almas errantes en un laberinto de épocas. El destino, caprichoso y cruel, nos separa, pero nuestra conexión persiste, como hilos invisibles que nos unen en la oscuridad.
Nos encondemos en los bosques, donde las sombras nos acogen y el mundo queda atrás. En este valle secreto, somos libres de ser nosotros mismos, sin miedo ni ataduras. La muerte, siempre acechante, no logra extinguir nuestra llama.
Y aquí estamos, en esta época incierta, buscando señales en la quietud de una fuente de agua. La silueta que se recorta ante mi tiene el cabello negro como la noche, y mi corazón late con la certeza de que eres tú. Con tímidez, me acerco y toco tu hombro, regalándote los girasoles que siempre ha sido tus favoritos.
¿Acaso este encuentro es real o solo otro fragmento de nuestro sueño compartido? No importa. En este instante, somos eternos, y el mundo exterior se desvanece ante nuestra conexión.
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