El viento
Bastó un par de semanas,
tan solo un puñado de días
para conocer al viento.
Y con aquellas pocas horas,
visitas cortadas y salidas improvisadas,
descubrí que el viento tiene ojos verdes.
Hermosos y verdes, como lo árboles que le gusta subir.
Su cabello es rizado,
Gira con la salsa y se mueve al ritmo del reggaeton.
Pero sobre todo te mira.
Te mira con esos ojos grandes y ligeramente rasgados.
A veces enmarcados por un pequeño moretón.
El viento tiene mala suerte.
Pero eso no lo detiene de sonreír.
Vi al viento pasearse sobre el hielo y sobre parques.
No muy coordinado,
Pero siempre hermoso.
Mencioné que adora los caballos?
Cabalga sobre uno llamado Chocolate,
nombrado en honor a su postre favorito.
También besa y te acaricia con la dulzura del mismo.
El viento es fuerte e independiente,
Pero a veces llora.
El viento, no siempre es viento,
aunque le cueste aceptarlo.
Lo cierto es que cruzamos caminos.
solo para mirarnos por unos segundos,
y continuar cada quien por el suyo.
Aunque parte de mí ya lo sabía,
aprendí que nunca estuvo aquí para quedarse.
Y aunque no se quedó,
paso cantando.
Y aprendí que cuando el viento se va,
falta el aire.
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