El cuervo
Caminando bajo el amparo de la Luna logré divisar algo,
Sobre un viejo árbol se posaba un cuervo.
Me quedé perplejo admirándolo mientras a él parecía complacerle mi presencia.
Mientras se balanceaba en una débil rama, me explicó que así eran los sentimientos del hombre cuando al arte se expone.
Me explicó que el arte, tiene muchas formas de manifestarse.
No solo en grandes libros, también en sonrisas,
tampoco en enormes museos, también en lo primero que piensas al abrir los ojos.
A
lo que te motiva a vivir.
Es aquello que te muestra que el mundo tiene su lado bello.
Es lo que te dice que la felicidad muchas veces es un vuelo al que no llegamos a tiempo.
Que al principio caeremos y sufriremos, culpando a la vida por nuestras desgracias.
Pero todo esto tiene un sentido ya que, si no nos caemos, ¿cómo aprenderemos a levantarnos?
Quería seguir escuchando al cuervo, pero ya no hablaba, jamás habló.
No pude verlo otra vez...
El poeta sin manos.
El cantante sin voz.
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