DOS CAMINOS

2017 Jun 17

Somos hijos del dolor y pasión,
la encrucijada encuentro nuestro,
reunión de sueños y ambiciones,
entre quimeras de niebla y congoja,
¡biografías desgajadas en trozos!,
¡y restos de triste humanidad!
Pero, algo debe quedar claro,
inconfesable fue nuestra unión,
fruto prohibido de ilusiones;
fascinante ritual de aquelarre,

cuando acompañaban penumbras,
y seguían los seres fingidos.

¿Recuerdas nuestros padrinos?,
cuatro magos ebrios de poder y lujuria,
exhibiendo su gula y desenfreno.
El oficiante, ser encapuchado,
llevando las galas que ofuscan,
ejercía lo que muchos no saben.
Y el embrujo flotaba entre los fieles,
mientras el réquiem seguía inconcluso,
acompasando enlace de sobresaltos.
Mi ser sintió angustia casi mortal,
al entregar huesuda frialdad el anillo,
Y por instantes busqué mis alas,
sin hallar el consuelo para escapar.

De pronto se calló el paisaje,
para dar paso a extraña sentencia:
“Os declaro marido y mujer”,
murmuró su voz de agonía,
dejando aturdidos mis pensamientos.
Entre tanto, la muerte ofrecía brindar,
escogiendo su guadaña las presas,
¡voluntarios del otro mundo!

Y en medio de todo, el réquiem,
estrechando su abrazo espantoso,
resonando sin pausa ni juicio,
hasta el fondo del lugar cavernoso.
Frente a nosotros, intención abismal,
disfrazado con atractivo ropaje:
tétrico altar del sacrificio final,
transformado por mágico arte,
en su espejismo del tálamo;
seducción de amapolas y cardos.

Y al abrir nuestros besos jolgorio,
los faunos persiguieron doncellas,
entre aplausos y mucho vino,
desatando a Eros y el Momo.
Y tus labios probaron prohibido pan
mezcla de alquimia y escarnio,
cuerpo y sangre del enemigo.
Y dominando un tiempo quieto,
fuimos señores del miedo;
con su ley de la espada.

¿Te acuerdas de nuestros amigos?
Todos los sufrimientos humanos,
incubados entre avaricia y soberbia;
grandes aliados de conquista y progreso,
el hambre, la enfermedad y violencia,
en pleno suelo sepulcral y neblinoso;
allá donde se hiela piedad y cariño,
pero fecunda su odio y desesperación.

¿Acaso has olvidado la gloriosa fatalidad?
Sin padres ni madres que fuesen lumbreras,
ni ancianos que pidan cayados,
quedaban solo verdugos sin corazón,
listos para doblegar al oponente y cobrar.
Y nuestro fue un mundo de pesadilla,
con todas sus voluntades y armas,
pero tú, entre todas las mujeres,
demostrando inhumana belleza,
mía, consorte de lo indecible.

Y compartimos pretensiones y lecho
exigiendo alcanzar divino pináculo.
Sin embargo, una voz del reino invisible,
puso en alerta la vida, diciendo:
¿quién de vosotros ha sentido el amor?
Y del arte sagrado surgieron dos rutas,
una de oro y acero hacia la cumbre;
de tierra la otra, por la gracia del cielo.
Dudé por instantes, por tu hermosura,
y cuando iniciaba mis pasos, me desperté.

DERECHOS DE AUTOR

Acompañan: La banda Hellsing, con “Padre Nuestro”

2017 Jun 17

Artífice de Sueños MARS rh
Desde 2012 Dic 25

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