Donde
Donde vas, si no tienes final, si no encuentras tu vertiginoso hado,
aquel insano y sumiso amo. Como atajo de mil muertes, decídete,
intenso desastre que es el paso a paso, dándote a ti mismo hachazos.
Ves, viste desde el desastre al rechazo, mendigando gloria,
pero sin paso firme, buscaste lo que te negaba la mas oscura rosa.
Deleite de intensidad, por cada flecha en el intestino, un dolor perseguido,
desde dentro, por dentro, por fin mataste a tu descontento,
claro y pesado, quieres escapar como una sonata por babor,
mirando al mar, al cielo, resoplando y simplemente volar.
A
la buscaste sin temor, ungido por la casualidad, registraste la vaguedad,
vaguedad como escudo a tu temeridad. Tanto caballero sin majestad,
se perdió y si silbas no se girará, a espaldas siempre del mar.
A veces se escucha gritar, a veces un silbar, pero entre islas y mares,
entre rabia y disfraces, allí se hallará el caminante sin despertar.
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