DIME.

Dime que mi boca no te deja pensando que, sería la gloria cuando cerrando la mente al mundo, lo que se deleitaría absorbiendo gotita a gotita el placer de tus deseos.

Ven dime que, en las noches cuando solo te quedas, no llevas tu mano al pecho, pensándome, deseando esos instantes en los que sería la gloria si me obsequiaras ese bendito don de ser tan de mí, entre mis labios y tus ganas.

Anda, ven dime que, cuando cierras los ojos y con el rayo de sol del nuevo día, no se mojan de nuevo tus ganas por el desespero de volverme a pensar en tus noches frías, en tu cama vacía, ahí, ahí, en el secreto de tus deseos .

SOY TUYA, TAN TUYA,
TAN DE TÍ.
De Alma Delia Godoy L.
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