Diario d'un poeta no enamorado
Quizás sea la llegada del otoño, la caída de las hojas pidiendo a gritos que alguien renueve su monótona vida, o los primeros indicios del frío, pero me apetece enamorarme.
Aún no encuentro el sujeto, pero me apetece enamorarme.
Me apetece volver a sonreír estúpidamente pensando en aquello, o en planear auténticas locuras solo posibles en mi pequeño gran mundo ideal.
Quizás sean las primeras gotas de un gélido Noviembre, pero mi cuerpo reclama una película de manta y sofá.
Aún no encuentro el sujeto, pero me apetece compartirme.
Me apetece volver a desternillarme cuando te equivoques hablando y romper el silencio con una carcajada sonora, seguido de un beso con sabor a miel.
Quizás sea eso, de llevar tanto sin dar un beso, que me apetece hacer.
Aún no encuentro el sujeto, pero me apetece hacerte feliz.
Quizás, y con toda seguirdad, sea eso de que soy un romántico, con una frase inacabada, una flecha de Cupido que una vez rozaba y no llegaba a acertar.
Sin embargo aún no tengo el sujeto; pero Dios, cómo me apetece regalarme.
Me apetece demasiado una siesta a deshora, o dos, qué importa el plan si es contigo, querido y desenamorado sujeto desconocido.
Quizás...
Conoce más del autor de "Diario d'un poeta no enamorado"