Dejarte ir.
Que difícil es besar tu mejilla cuando nuestros labios se conocen tan bien.
Que difícil es tenerte cerca y a la vez tan lejos y que difícil es sentir que la brecha entre ambos cada día nos aleja más.
Llevar la carga de tus memorias y el amor que aún profesa mi corazón por ti solo hace que este proceso sea más doloroso y no es por el hecho de soltarte, sino porque con eso, dejo ir una parte de mi amor propio.
En la oscuridad de mi alma me enseñaste a ver las estrellas.
En las profundidades de mi mente pude encontrar paz.
L
Ahora, como una carcasa vacía voy vagando por un mundo lleno de tus besos, tus caricias y tu piel.
Te extraño, es cierto, pero no es mi fin, contigo mueren mis estrellas, contigo mueren mi esperanzas de vivir junto a ti, contigo y tu partida, muero yo y nace la soledad latente y dormida, que una vez más viene a tomar y llenar todo lo que una vez fué tuyo y por lo que mi corazón aún pelea que lo sea.
Ya no te sueño, ya no te pienso, solo me dueles, cada vez menos pero cada vez más profundo.
Y escondido en alguna parte del infinito cosmos de mi alma se encuentra aún un poco de ese amor que te di, esperando a que otra infinita alma colisone con la mía y reavivar lo que alguna vez un incandescente amor en dónde nuestras bocas dictarán el destino de nuestros actos.
Conoce más del autor de "Dejarte ir."