DE LA VIDA APRENDO
DE LA VIDA APRENDO
Maestros tiene la vida cuya presencia yo olvido…
Seres dulces y sencillos que buscan sembrar las eras.
Me miran profundo al alma mientras dicen sus verdades…
Usan el amor como ancla y el respeto cual bandera.
No es solamente un maestro quien la pizarra ilumina…
Es formador y alquimista aquel que al perder la senda.
Apoya el paso con fuerza y re-enfoca la mirada…
Hay maestría suprema cuando un amigo me abraza…
En ese oído dispuesto a escuchar yerros y aciertos.
Cuando en los labios callados la abundante savia fluye…
Prudente amor a la espera para honrar aquel ¡te quiero!
Mis maestros superiores, aunque demoré en saberlo,
Son los ojos de los seres que Dios puso a mi cuidado.
Me dicen cuando acercarme, cuando respetar su llanto...
Perdonando mis errores… ¡Aún debo aprender tanto!
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