CONDESCENDIENTE SORTILEGIO
CONDESCENDIENTE SORTILEGIO
SORTILEGIO CONDESCENDIENTE
El timbre de su voz era precioso,
músculo que despierta de una raza dormida,
como esponjados buches de pichones,
pero al fin, en sus manos anhelantes.
Allá, en aquel paraje solitario del puerto.
Cae la tarde… ¡Quemadme en pebeteros!.
búscame más callada, más ausente.
¡ En una isla azul, en góndola de oro !.
De pié junto al marco de mi ventana.
La noche dulcemente nos convida,
son gotitas de sombras… ¡Espléndidas !.
Saborea la dicha sin temor… ¡Al veneno!.
En la sombra me rodea tu fragancia,
tus ojos son fulgurantes céspedes.
Dulce más que a las flores blanda aurora,
y la eternidad sepulte los días infelices,
que da la angustia a la perdida calma.
Vanos son los fantasmas del futuro hoy,
con ligadura dulce, estable y firme.
Autor: JOEL FORTUNATO REYES PÉREZ.
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