Cuando me llames.

Cuando me llames.

Cuando me llames, Señor,
ya estaré preparado, con
la conciencia tranquila y
las manos abiertas para
emprender el camino que
me conduzca a tu lado.

Cuando reciba tu voz,

la escucharé en silencio,
-mirando el cielo-, como lo
hago ahora, ante el ocaso
fulgurante de la tarde...

Cuando tú quieras, Señor,
cerraré las ventanas y
la puerta de mi casa y
dejaré las cosas donde
están y mi ropa en el
armario...

Colgaré
las herramientas del huerto
en la pared y besaré la
tierra y el mantillo, los
pétalos de una rosa, las
hojas del jazmín, el tronco
del olivo... Aspiraré el
perfume de la albahaca y
del romero... beberé
agua del arroyo...
Me secaré la frente con
la brisa de levante y
cogeré las manos de mi
esposa fuertemente...
rezaré las oraciones que
aprendí cuando era un niño,
anclaré mi vieja barca
en el puerto de esta vida,
terminaré de escribir
aquel poema inacabado,
el libro que empecé aquella
tarde de verano...
cerraré mi ordenador
y mi álbum de fotos para
siempre...

¡Iré desnudo y raudo
como el viento!

Cuando lo órdenes, Señor, me
abrazaré a la luz que arde
más que ninguna: cuando Tú
lo quieras, cuando lo digas,
emprenderé el camino...,
iniciaré mi vuelo...

Pero mientras tanto -si me
concedes más tiempo y me
acompañan las fuerzas
que de mi vida se escapan-
te abrazaré en la noche
y te llevaré en el pecho,
y me envolveré en tu brisa
y bañaré en tus mares...
y me enredaré en las hojas
de tus frondas y en los tallos
y en los brillos de tus flores...
y andaré por tus caminos
luminosos, tus senderos
y tus valles...

Y seguiré el ejemplo de
tu amor sin pedirle nada
a nadie... Y me vestiré
de azul para verte en las
estrellas y de púrpura y
oro para sentirte en
las horas de mi tarde...

Y cumpliré el mandato
que diste, entregándole
a los pobres las riquezas
que me afligen y la argolla
tan pesada de mis llaves,
para ir desposeído y con
el alma llena de amor
para entregarte.

Cuando me llames, Señor,
ya estaré preparado, con
la conciencia tranquila y
las manos abiertas para
emprender el viaje.

Autor: Francisco López Delgado.
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