Cristina

Hasta que te conocí y tú nombre hizo eco en mi memoria.
Una sensación extraña aceleraba mis sentidos,
Se propagaba en cada rincon de mis latidos.
Mientras que la voz se enmudecia y no comprendía, como sin hablar me entendias.
Y se armó un paradigma en mi consiencia palabras que se detenian a su salida solo con mirarte se paralizaba el mundo.
Con tu mirada intermitente que reflejaban tu alma y la palidez de tus labios que erizaban mi calma entre en un conflicto interno entre preserverar mi existencia o extinguirme en tu nombre y al poco tiempo me encontré con la dolencia de ser dependiente de tu esencia.
Sin encontrar sentido a mis días de no saber de ti sería mi condena. Y a pesar que no simpátizo a tus sentidos y tú mirar y tú conciencia está en otro hombre. Cierro cada un capítulo de mi destino susurrando al cielo tu nombre.