Contra viento y marea


Soy aquella palmera colosal y solitaria
Que habita inmersa en medio de la playa,
Sobreviviendo con paciencia y estoicismo
Entre arena árida y canicular.
Aquella planta tan tenaz y obstinada;
Que puede engendrar y producir formidables frutos,
Aun, habitando en zona inhóspita y estéril.
Quien desee saborear las ambrosías de mis maravillosos frutos
Aunque el mar es mi vecino más cercano,
Pocas veces se acerca para acariciar mis raíces e hidratarlas.
Siento orgullo por haber vencido todo tipo de cataclismos y avatares:
Maremotos, terremotos, ciclones y huracanes
Han azotado con furia mi poderosa anatomía vegetal.
Aunque la furia del océano arremeta contra mi integridad
Y desnude la arena que reviste mis férreos cimientos,
Jamás logra desplazarme de mi vasto predio ni siquiera un centímetro.
Aunque el vendaval más intempestivo e inclemente azote mi poderosa cabellera,
Nunca permito que me arrase una sola rama.
Soy un vegetal imposible de abdicar o destronar:
Incluso, cuando se unen la potencia del viento y del mar,
Tampoco me logran sacar de mi lugar para arrastrarme donde no pertenezco.
Siempre estoy disponible para acoger a quien me visite,
Pero pocas especies parecieran compatibles conmigo.
Algunas aves se acercan tímidamente para anidar en mis altas ramas,
Sintiendo empatía por la tranquilidad que les brindo;
Mientras otras, se pueden alejar de mis dominios,
Pues prefieren buscar otro ambiente más pintoresco.
He aprendido a convivir con el abrazo sofocante del sol durante el día,
Pues al llegar lo noche…….
Siempre llega la recompensa del viento fresco y álgido
Que refresca mi tronco y ramas insoladas.
Rápidamente me repongo y recupero de las afrentas;
Muchos han flagelado mi tronco cuando lo golpean para tumbar mis frutos,
Pero no le doy importancia, porque soy prolífica y recupero mi productividad.
Jamás me ha importado ser esa palmera independiente y olvidada...
El exilio al que pude ser confinada, me enseñó a ser fuerte y sabia,
Así mismo, sólo quienes traduzcan mi idiosincrasia
Podrán anidar o sembrar en los vastos predios que dispongo para brindarles.
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