CON LOS MURCIÉLAGOS
Despierta, amor, despierta,
es de madrugada.
Estamos solos al fin, al fin.
Por favor amor, despierta,
te veo cansada,
¡pero el mundo se ha ido!
solo los murciélagos existen.
Amor, ¡por fin! Mira, estamos solos.
Escucha, lo he escrito para ti.
Es de madrugada,
dentro de algunas horas renacerá la gente
y las rutas de ómnibus inundarán las calles;
en todas partes los más viejos se dirán
los buenos días,
y dos jóvenes desconocidos se cruzarán sin decirse palabra...
Como ves, es de madrugada.
Dentro de horas amanecerá de nuevo
y correremos a buscar el mundo de todos los días;
ese mundo inmenso que hoy nos pertenece,
y que sólo el amor nocturno nos saca de la mente.
Pero ahora, es de madrugada,
el mundo duerme sus pesadillas diurnas
y en las posadas repletas de amantes,
las viejas camas ronronean.
Ven, quédate aquí, ni siquiera
los ómnibus regresan.
Quédate y déjate...
Frank Calle (18/Marzo/1969)
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