Bondad

Alfombrado de misericordia tenía su corazón.
Era consciente de ello,
más nunca le dió razón.
En el campo pajarillo
para alegrar la mañana!.
En la calle siervo humano, siempre cariño manaba.
El amor a los demás, fue comunión y alimento.
Fue alegre sentimiento dedicado solo a amar,
pués desde niño lo hizo y ya no pudo cambiar.
Su cuerpo olía a bondad

Sus manos abiertas siempre,
eran tierno pan para todos un deleite!
La enfermedad visitó a este humilde peregrino.
No pudo seguir camino y se tuvo que parar.
De los llamados amigos a ninguno vio llegar.
Sintió Abandono en sus carnes.
Soledad que le comía.
Esperando a su muerte, entre lamentos decía;
No merecía este pago, pero asumo con piedad que todos me quieren mucho y yo debo perdonar.

E. Escribano