Benignidad
Desde el ayer,
con el primer aroma
suspendido en la tenacidad,
he pretendido trasladar
del brebaje de su copa;
mis cenizas sobre el camino
de pétalos perfumados.
Cual gacela joven,
columpiada en las mimosas
estacionados en el otoño
entre hojas de parra,
posados a la tierra de Eros.
En la jornada,
con aromas de tierra humedecida
sobre la duna de mis caderas,
alejados de la memoria compasiva
se vertía el néctar del amor.
…A la proximidad de un vendaval,
entre tinieblas
con olor a sangre fresca
alojada la cobardía,
inmune, mezquina.
Impuesta cadencia, penetrante,
de mirar obscuro,
por la elipsis amarga de las ruinas,
en las cámaras de mi refugio,
yazgo vacía.
…A la nostalgia,
libertad soñada
sensata razón de mis deseos.
Benignidad, sobre la ruta al horizonte
sin perder distancia,
emerge la sed de su presencia
desde mi aliento.
Gabriela Ponce LS
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